
Presidente de la Fundación Guayasamín visita la UFRO y La Araucanía
- El hijo mayor de los herederos de la obra del pintor ecuatoriano visitó La Araucanía y permaneció una semana estableciendo lazos con la Universidad de La Frontera y la Municipalidad de Temuco.
Saludos protocolares a las autoridades académicas, firma de convenio UFRO-Municipalidad de Temuco, diálogos con estudiantes de pre-grado de esta Universidad, visitas a la Escuela Armando Dufey, conversatorios en el liceo Gabriela Mistral y en los campus Ufro de Angol y Pucón, viajes agotadores bajo la persistente lluvia de aquellos días, almuerzos junto al fuego típico de otoño y de diversas atenciones fue objeto el presidente de la Fundación Guayasamín, Pablo Guayasamín, en su reciente visita de una semana a esta ciudad.
Invitado por la Universidad de La Frontera, en gestión conjunta con el municipio local, el hijo del famoso pintor ecuatoriano Pablo Guayasamín, expresó al despedirse: “No tengo palabras para agradecer la generosidad de las instituciones que han hecho posible mi presencia en Temuco. Por un lado la Municipalidad de Temuco y por otro la Universidad de La Frontera. Con esta última vengo de tener una relación de hace ya catorce años, en los que conocí a sus principales autoridades y al coordinador artístico-cultural de la FECSH, Luis Abarzúa, que gestionó esta visita.
Pablo Guayasamín Monteverde, de 80 años de edad, es el mayor de siete hermanos, por lo que a la muerte de su padre en 1999 le correspondió presidir y conservar el legado del recordado pintor ecuatoriano Pablo Guayasamín, fallecido en 1999.
Acompañado de su esposa Patricia Madriñan, Guayasamín hijo se tomó su tiempo para conversar con El Austral y comentar su impresión de este extremo del mundo en donde la memoria del gran artista Oswaldo Guayasamín permanece presente.
CONVENIOS CULTURALES
“Para nosotros –comenzó destacando- como Fundación Guayasamín es un orgullo tener este tipo de relación con la Universidad de la Frontera. Nuestra institución tiene convenios culturales con un sinnúmero de universidades del mundo entero… en España, Francia, Perú, Colombia, México, pero ninguna de ellas manifiesta este interés abierto hacia lo que es relaciones institucionales que orienten a la juventud hacia otro tipo de metas, no simplemente a la parte científica que se integra en la academia. Aquí estamos viendo que hay una relación humana muy importante, y esta relación se va dando a través de formas y colores, en este caso en la plástica.
“Nuestra institución tiene 47 años de vida y ha sido de un referente para lo que es la divulgación del pensamiento del maestro Oswaldo Guayasamín a través de la creación, por un lado, y el hermanamiento entre los pueblos, por el otro”.
MANTENER EL LEGADO
-¿Bajo qué instancias nace la Fundación Guayasamín?
“La Fundación Guayasamín fue creada hace 47 años, con la finalidad de proteger la creación plástica realizada por mi padre que no había sido aceptada por la sociedad económicamente fuerte de nuestro país.
“Esta segunda gran colección que él titula “La edad de la ira”, marca toda la violencia que le toca vivir al mundo en el siglo 20, comenzando por la Primera y Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica en Hiroshima, las dictaduras en América Latina… por eso nadie quería tener una obra de Guayasamín en la que estaba denunciando a quien había sido partícipe o ejecutor de esa violencia y de ese poder. Había que conservar en algún sitio esa colección, por lo que mi padre junto a sus hijos decidimos crear esta Fundación y donar a América y al mundo esta denuncia de la sociedad.
“Así comenzamos. Luego mi padre decidió que esas cinco mil piezas tenían que estar al servicio de la Educación y de la Humanidad a nivel mundial. Pero junto a eso también había hecho una gran colección de arte colonial que le recuerda a dos capitales que en América fueron centro de creación: Perú y la cultura cuzqueña, y Ecuador en el tallado de madera para adornar nuestra Iglesias…”.
-¿Cómo está siendo reconocida hoy la obra de Guayasamín en el mundo?
“Como una denuncia social, un grito de protesta. Su obra es un llamamiento a que seamos más humanos, a que veamos con los ojos abiertos la realidad que vive el mundo. Este subdesarrollo que lamentablemente existe en los países tercermundistas afecta seriamente al buen vivir, y más que eso yo diría que afecta a las relaciones entre seres humanos.
“Mi padre decía que es tan importante el sembrador del campo, o el carpintero, el tallador, el albañil, como el médico, profesor o el filósofo, porque cada uno aporta con un grano de arena a lo que es el buen vivir, lo que es la esperanza de los seres humanos para que nos respeten y que sepamos respetar a la humanidad.
50 AÑOS NERUDA
-Este año nuestro país está recordando los cincuenta años de la muerte de Pablo Neruda, ¿qué recuerda usted de la amistad que existió entre su padre y los cultores chilenos?
“En primer lugar, Guayasamín tuvo un inmenso respeto por la cultura chilena, a lo que es la solidaridad del pueblo chileno, a su comportamiento y a su manera de ser. Tuvo amigos, como Gabriela Mistral, a quien conoció en Estados Unidos cuando él tenía 23 años, como Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel español, y desde ahí fue sembrando amistad con políticos, hombres de ciencia, filósofos, artistas. Tuvo una muy buena relación con Roberto Matta, Neruda le escribe unas presentaciones a sus exposiciones. Conoció al Presidente Eduardo Frei. Salvador Allende estuvo en nuestra casa en Quito. Tuvo amistad también con Violeta Parra, Angel Parra… Isabel, con toda la intelectualidad, tanto del campo de la literatura, como de la pintura, del teatro, del cine, de la música… pero sobre todo muy bien vinculado con el pueblo chileno.
“No quiero dejar a un lado esa relación de mi padre con los intelectuales y con la gente de pensamiento libre también de América Latina y del mundo. Creo que Guayasamín fue considerado uno de los personajes del mundo”.
-Guayasamín retrató también a Pablo Neruda, ¿qué sabe la Fundación del paradero de esa obra?
“No sabemos dónde puede estar ese retrato de Neruda. Tenemos fotografías pero desconocemos qué fue de esa obra. Sabemos sí que el de Gabriela Mistral está en el Centro Cultural Benjamín Carrion, en Quito, pero del de Neruda jamás se supo desde 1973…
COMO GATO DE ESPALDAS
-¿En qué situación se encuentra la Fundación en estos días?
“La Fundación se defiende como gato con las cuatro patas arriba, porque no tiene ningún aporte ni ayuda económica de absolutamente ninguna institución. Nos autofinanciamos en todo sentido y así seguimos adelante luchando y trabajando para seguir aportando culturalmente”.
“Reitero, nuestra institución jamás ha recibido un peso de nadie y ahora que mi padre no está, sigue haciendo un esfuerzo mucho más fuerte.
-Sabido es que Chile quiere al amigo cuando es forastero, ¿cuál es su mensaje a los chilenos?
“Mi mensaje es que sigan adelante con esa solidaridad y esa amabilidad, con esos brazos abiertos porque así nos han recibido y así creo que están recibiendo a todas las personas de nuestro continente y del mundo…”.
“En América latina existe un despertar. Estamos abriendo definitivamente las puertas a toda la intelectualidad joven porque somos una generación nueva que está renovando el mundo. En los ojos del mundo está América latina, por lo que nosotros debemos caminar con ese mismo criterio”.
Tal es el legado que conserva la Fundación Guayasamín y que ahora, a partir de los convenios contraídos con la Universidad de la Frontera y la Municipalidad de Temuco, será posible un acercamiento mayor con las jóvenes generaciones.



Escrito por: Guillermo Chávez
Coordinación de Comunicaciones FECSH