Wüñol Txipantü: inicio de un nuevo ciclo de renovación de la tierra
- El Wüñol Txipantü representa el inicio del año natural, una medida del tiempo marcada por el movimiento del Sol y que coincide con el cambio de estaciones y la renovación de la tierra.
El Wüñol Txipantü tiene que ver con la renovación de un nuevo ciclo, no el impuesto en el calendario gregoriano, tan diferente a lo natural. Este nuevo ciclo, se inicia el 21 de junio, y coincide con una serie de conmemoraciones de otros pueblos originarios, que no están precisamente en América Latina, como el maorí, y que se relaciona también con la renovación de la tierra y que van acompañados de procesos asociados a la agricultura, a la vida natural y la vida espiritual.
El levante del Sol durante los amaneceres, visto desde cualquier punto del territorio mapuche (hemisferio sur), tiene un avance sudeste → noreste que se inicia en diciembre de cada año; mientras que, desde junio en adelante, presenta un avance noreste → sudeste. Este “regreso del Sol” producido el 24 de junio de cada año, ha sido denominado We Txipantü. En castellano, de acuerdo con su actual uso en las comunidades, se le conoce como “San Juan”.
La académica del Departamento de Lenguas y Literatura de la FECSH, Stephanie Pacheco-Pailahual, indicó que de acuerdo a la oralidad y los procesos históricos el Wüñol Txipantü es más bien una celebración familiar, que cuenta con un Ngillatun y se realiza un Mizagun que busca conmemorar este ciclo de manera colectiva.
“La importancia tiene que ver con los caminos de la interculturalidad, el que hoy el We Txpantü sea de amplia difusión, sobre todo en el sistema educativo, da la posibilidad de que muchas más personas sean mapuche o no, se enteren de este cambio de ciclo, y te lleva a cuestionamientos, te va invitando a pensar que los calendarios pueden ser más flexibles y que esta manera de ver los períodos es una manera mucho más vinculada a una conexión y una vinculación milenaria con los procesos naturales”.
Por su parte, Ana Tragolaf Ancalaf, Coordinadora Técnica Observatorio de Equidad en Salud según Género y Pueblo Mapuche de la FECSH, explica que esta renovación que ocurre entre el 21 y el 24 de junio es la vuelta al sol a una nueva etapa.
“Se observan los primeros brotes en las plantas y también en el Canelo, dándose este cambio del ciclo natural de la vida. Con la renovación de la naturaleza que se da en el Pukem, también se hacen las ceremonias y rogativas como el Ngillatun, donde se agradece, se le habla y canta a la tierra por todos los alimentos, los frutos y la buena cosecha, también se agradece el agua y todos los días que están presentes en la naturaleza. Asimismo, se rememora el conocimiento de los antepasados y la espiritualidad, compartiéndose conocimientos y enseñanzas en un contexto de respeto”.
Sobre la transmisión del conocimiento, enfatizó que es importante reconocer desde los distintos espacios que habitamos y transitamos la valoración de las enseñanzas y los conocimientos de los quinches, de las personas sabias en la cultura mapuche, además de relevar y mantener el mapuzungün como algo vivo.
“En todas estas festividades y celebraciones recobra mucha importancia el mapuzungün, porque sin mapuzungün es poco factible la transmisión de conocimientos, respetando también las diversas vidas que habitan en el espacio de la tierra. Y, en el ambiente educacional es importante generar espacios de conversación, fortaleciendo la identidad mapuche, y propiciar el respeto de las personas no mapuche”.
Diferencia entre Wüñol Txipantü y We Txipantü
Wüñol Txipantü se refiere al tiempo cíclico, visión mapuche, mientras que We Txipantü se refiere al tiempo lineal, occidental. Desde la traducción el primer término quiere decir retorno del año mientras que el We Txipantü es la traducción literal de año nuevo.
La popularización del concepto We Txipantü para referirse a la ceremonia de Wüñol Txipantü, cambia el significado original de la celebración, refleja hegemonía del tiempo occidental, y condiciona a legitimar una única verdad, el tiempo como categoría lineal.
Al respecto, Stephanie Pacheco-Pailahual, explica: “El calendario gregoriano es una imposición absolutamente occidental, que no tiene que ver con ningún proceso natural, sino más bien una manera en que el imperio romano organizó el tiempo (…) por lo tanto creo que el We Txipantü u otras fechas son elementos un tanto perturbadores de este orden colonial antiquísimo, de orden occidental, que poco a poco se ve permeado por este tipo de grietas bastante interesantes en las que yo veo una pequeña ventana para comenzar, al menos en lo conceptual, a ir migrando hacia otras perspectivas”.
Coordinación de Comunicaciones
Facultad de Educación, Cs. Sociales y Humanidades