Columna de Opinión. Profesor Joel Parra Díaz
Iniciadas las actividades lectivas en el pregrado de la universidad, asistimos a momentos que vemos todos los meses de marzo de cada año. La bienvenida e inducción a estudiantes de primer año, el mechoneo y el molesto olor que queda en toda la universidad, y sobre todo varios de estos mechones perdidos en los pabellones de la Universidad, tratando de ubicar la sala donde tienen clases.
Este semestre imparto clases a estudiantes de pedagogía de 1º año, y es interesante escuchar sus historias de vida, intereses y expectativas respecto a lo que esperan del estudio de la pedagogía.
En los tres cursos que imparto con una matrícula de 124 estudiantes, la caracterización de procedencia de acuerdo a un auto reporte en una clase, indica que el 73% de ellos asiste de fuera de Temuco a la universidad, y el 35% de ellos de fuera de la región de la Araucanía. El 84% proviene de liceos Humanista-científico y el 16% restante de liceos Técnico profesional. En cuanto a la dependencia de los liceos de los estudiantes, el 41% egresó de liceos municipales y el otro 59% de liceos particulares subvencionados, no habiendo egresados de liceos particulares pagados en los 124 estudiantes a quienes imparto clases.
En cuanto al financiamiento de sus estudios superiores, entre estos estudiantes aparecen cifras interesantes, el 14% de estos estudiantes tiene la beca vocación de profesor, otro 14% tiene otro tipo de beca, el 13% paga con recursos propios, solo un 2% tiene algún tipo de crédito y el 57% de estudiantes está con gratuidad. Uno de los temas que vemos en la asignatura este semestre, es el derecho a la educación, y revisamos como distintos pactos y tratados lo consagran. Sin duda todas estas ayudas económicas que el Estado está dando a los estudiantes, favorece la inclusión a la educación superior de este alto porcentaje de estudiantes que provienen de liceos subvencionados y municipales y además se desplazan de comunas que no son Temuco. Tenemos como sociedad varias deudas, pero estos avances de acuerdo a la realidad de nuestros estudiantes, permitirían suponer que el futuro es cada vez más esperanzador y equitativo.
Joel A. Parra Díaz
Profesor Departamento de Educación
Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad de La Frontera