CINE| Hope, Soledad: un peregrinaje hacia la madre. Por Bruno Toro Encina
· Tanto Hope (Esperanza) como Soledad se necesitan una a la otra, son las hermanas que van en busca de su madre para pedir consuelo, para calmar sus penas, para estar juntas.
Si quisiéramos decir algo de Hope-Soledad, de la cineasta indígena chatina (México) Yolanda Cruz, sería sobre su multiculturalidad o pluriculturalidad clásica, que está casi siempre presente en la obra. Tal vez, exaltar su estilo mixto que transita desde la ficción al documental, pasando por la no ficción con el uso de escenarios reales. También podríamos destacar el tema de la soledad que, evidentemente, está presente, junto al trabajo actoral, la buena mano del relato que acompaña la dirección de la obra. Son variados y destacados los atributos de este largometraje, pero me gustaría poder vincular dos ideas que me parecen trascendentes a la hora de abordar una mirada más profunda sobre Hope-Soledad, estoy hablando del bloque que conforman, por un lado, la dualidad Road-movie y la Peregrinación y como estos terminan vinculándose con el otro bloque, que es la relación madre-hija
Partamos por establecer esta asociación entre un género clásico y reconocible, el cual le otorga estabilidad al relato y lo somete a ciertos paradigmas típicos del estilo. El road-movies o films de viaje o películas de carretera, también conocidas, arman el esqueleto del guion, con esta idea del avance continuo, hasta la llegada al final de un recorrido, un trayecto o un camino. Unido a esto van las relaciones o encuentros por parte de la pareja de protagonistas con otros personajes secundarios, que pueden ser relevantes hasta cierto punto de la historia. Además, va incluida la justificada anécdota de la peregrinación, la cual otorga la razón al continuo movimiento de las protagonistas y toda la diversidad cultural que desfila a lo largo de la cinta, reflejada en las cocinerías, plazas, ríos y avenidas, enmarcadas dentro de las creencias populares, la fe cristiana, el paganismo que caracteriza a México.
Como una extensión de la misma fe popular nos encontramos con la relación madre-hija, evidenciada en las anécdotas personales de cada una de las protagonistas y también en la representación de la virgen de Juquila como madre e hijas, aquellas mujeres solas que la venera. Son esas mismas mujeres solas, que se acompañan en el viaje, cada una de ellas representando dos tipos de mujeres distintas pero iguales. Teniendo cercanías en lo indígena pero también cargando mundos opuestos: una de ellas campesina y tradicional; la otra, urbana y moderna; una habla inglés y vivió en EEUU, de nombre Hope (Esperanza) y la otra protagonista llamada Soledad, cada una de ellas representa distintos formas de ser mujer indígena mexicana y quizás en el mundo, en ese sentido el contenido de filme funciona de forma amplia, transversal. Ellas buscan sus raíces en un México profundo y verde, verde como el mezcal o las palmeras, verde como la misma Virgen, una descripción amplia del mundo cultural de Oaxaca.
Pero también están los procesos de sanación de Soledad y Hope, así como de sus heridas internas, los dolores del alma, la tristeza misma que las acompaña, es en esa dirección que cobra relevancia el simbolismo del teléfono que lleva consigo, actúa como un recuerdo constante de sus penas y dolores, pero también es el objeto que les permite salir del mundo interno del viaje y vincularse con los otros. Podríamos decir que ambas se comunican con EEUU, ambas están solas por culpa de EEUU: a una la deportaron y la otra tiene a su esposo allá.
Finalmente, destacar la astuta relación entre los nombres de las protagonistas, tanto Hope (Esperanza) como Soledad se necesitan una a la otra, son las hermanas que van en busca de su madre para pedir consuelo, para calmar sus penas, para estar juntas ambas. Tanto Soledad necesita de Esperanza, la cual termina brindándole compañía, como Esperanza de Soledad: así cobra sentido el final de este peregrinaje.
Si te interesa la película “Hope, Soledad”, te contamos que será exhibida de manera gratuita, y para todo el mundo, en www.ficwallmapu.cl por 48 horas desde el viernes 17 de junio, como parte del ciclo Wüñol Tripantu del Ficwallmapu.